PREVENCIÓN DE LA VIOLENCIA EN LA ESCUELA

Por este motivo, en el 2020, la Organización Mundial de la Salud publicó el manual práctico “Prevención de la violencia en la escuela”, con el propósito de orientar a todos los actores educativos


Publicado el : 14/09/2023

En el distrito limeño de La Victoria, en junio pasado, escolares se pelearon en los exteriores de un colegio y compañeras alentaron la gresca. En julio, en la región de Arequipa, se registró el caso de un escolar de 17 años, quien fue agredido por un compañero incrustándole un lapicero en la entrepierna en las instalaciones del mismo colegio. El mes pasado, aquí en Chiclayo, un menor de 16 años terminó gravemente herido tras ser acuchillado por otro adolescente de distinto centro educativo. Los tres casos mencionados son solo algunas evidencias del crecimiento lamentable de la violencia escolar en nuestro país. Al respecto, según el portal web "SíSeVe" del Ministerio de Educación, se reportan alrededor de 10 casos diarios de bullying en el Perú; es decir, se daría un caso cada 21 minutos, de los cuales solo el 10% se denuncia. Por este motivo, en el 2020, la Organización Mundial de la Salud publicó el manual práctico “Prevención de la violencia en la escuela”, con el propósito de orientar a todos los actores educativos, y frenar la ola de violencia escolar que avanza peligrosamente en nuestro país.

Son varias las propuestas que nos ofrece este manual práctico para contrarrestar las incidencias de acoso escolar que ocurren a diario en las escuelas públicas y privadas de nuestro país. Se puede prevenir la violencia escolar a través de actividades integradas en el plan de estudios. Así, por ejemplo, el manual práctico refiere tres importantes estrategias: en primer lugar, “desarrollar las aptitudes para la vida” relacionadas con las habilidades cognitivas, sociales y emocionales que se utilizan para afrontar la vida diaria: la solución de problemas, el pensamiento crítico, la capacidad de comunicación, la toma de decisiones, el pensamiento creativo, las aptitudes sociales, el desarrollo de la autoconciencia, la empatía, y el control del estrés y las emociones. Estas habilidades permiten a las y los escolares gestionar sus emociones, tratar con los conflictos y comunicarse eficazmente de maneras no agresivas, lo que reduce el riesgo de comportamiento violento.

En segundo lugar, “enseñar a las y los escolares comportamientos seguros”; esto incluye la capacidad de reconocer las situaciones en las que pueden darse el abuso o la violencia, y entender cómo evitar las situaciones potencialmente arriesgadas y dónde encontrar ayuda. Con relación a ello, el manual práctico sugiere una serie de temáticas claves para un programa de prevención de la violencia, según el grupo de edad. Para el nivel inicial: identificar situaciones de abuso, evitar las situaciones arriesgadas y obtener ayuda de los adultos. En cuanto al nivel primario:  seguridad en Internet, ayudar a los compañeros de clase, comportamiento seguro de testigos y prevenir el ingreso en bandas. Y con relación al nivel secundaria: comportamiento seguro en las citas y reuniones por trabajos escolares, seguridad en Internet, ayudar a los compañeros de clase, comportamiento seguro de testigos y prevenir el ingreso en bandas. 

En tercer lugar, “cuestionar las normas sociales y culturales y promover las relaciones de igualdad”, los especialistas sostienen que el comportamiento y los estereotipos sociales y culturales relativos, por ejemplo, al género, origen o procedencia, apariencia física, la religión, la etnia, y la discapacidad, aumentan el riesgo de acoso y violencia. Por este motivo, cuestionar las normas nocivas y fortalecer las que promueven las relaciones positivas y equitativas no violentas puede restar fuerza a las justificaciones del comportamiento violento. Por ejemplo, este manual práctico recomienda implementar un enfoque relacionado con las aptitudes sociales y para la vida en todas las etapas educativas: en cuanto al nivel inicial, sesiones breves, por ejemplo, de 5 a 7 minutos al día, o de 20 a 30 minutos por semana. Utilizar representaciones de papeles, marionetas, canciones, juegos creativos o trabajo en grupo. Para el nivel primario, sesiones más largas una o dos veces en semana, por ejemplo, de 20 a 40 minutos. Utilizar representaciones de papeles, juegos y grupos de discusión. Y para el nivel secundaria, sesiones semanales más largas, por ejemplo, de 50 minutos. Utilizar debates en grupo, vídeos breves, tareas de redacción, entre otras acciones.   

Como sociedad debemos mantenernos vigilantes ante esta problemática educativa que es solo el reflejo de la violencia social que crece vertiginosamente en nuestro país. No es una tarea o desafío que solo les corresponda asumir a las escuelas; sino por el contrario, otras entidades gubernamentales y de la sociedad civil también pueden sumarse con iniciativas que permitan frenar esta violencia escolar que deja secuelas imborrables principalmente en las víctimas.

Descarga aquí el manual práctico “Prevención de la violencia en la escuela”:

https://apps.who.int/iris/bitstream/handle/10665/331022/9789240000254-spa.pdf


Jesús Alberto Paiba Samamé:
Director Cambio 360°: "Acciones por un planeta mejor"

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